LOS RITUALES EN LAS FIESTAS FLAMENCAS NO COMERCIALES Y LA COMUNICACIÓN NO VERBAL

 Objetivos: 
Analizar la comunicación no verbal y los rituales en la fiesta flamenca no comercial.

Metodología:
Investigación a través de internet y bibliografía.
Búsqueda de ejemplos.
Observación participante.
Documentos.
Entrevistas.
Investigación acción participativa.


¿Qué son los rituales? Definición

Según la RAE el ritual es lo “perteneciente o relativo al rito”; y el rito es una “costumbre o ceremonia”.

Un ritual es una serie de acciones, realizadas principalmente por su valor simbólico. Son acciones que están basadas en alguna creencia, ya sea por una religión, por una ideología política, un acto deportivo, por las tradiciones, por los recuerdos o la memoria histórica de una comunidad.

Es necesario diferenciar entre un ritual y una acción cotidiana que se repite desde hace mucho tiempo.

Los rituales son conjuntos de acciones que están relacionados a creencias, por lo tanto, son acciones especiales, diferentes a las ordinarias, aún cuando se puedan practicar a diario. Los rituales responden a una necesidad.

En psicología el término "ritual" en ocasiones se refiere a una acción o serie de acciones que una persona realiza en un contexto dado que no tienen otro propósito o razón aparente. El término puede referirse especialmente a comportamientos compulsivos de personas que padecen el trastorno obsesivo-compulsivo. Sigmund Freud comentó que los rituales eran actividades que permitían a los individuos que las practicaban liberar sus tensiones. Al revisar los comportamientos religiosos, Freud notó que tenían un efecto catártico y de ahí provenía su intensidad.

Los rituales son prácticas que han acompañado al humano toda su existencia, en la época actual permanecen, como sucede en las prácticas políticas, deportivas y recreativas.
El concepto “ritual” es de carácter prototípico e incluye prácticas de muy distinta complejidad.

Los antropólogos fueron los primeros en analizar los rituales. Sostienen que los ritos convalidan la estructura social actual y promueven la resolución de problemas personales y sociales, al facilitar la manifestación de ideologías, valores, normas y emociones mediante los actos simbólicos (Comstock, 1972).

Todo ritual debe ser lo suficientemente flexible para así adaptarse a las nuevas necesidades individuales y colectivas.
Según Goody (1977) cuanto más flexible sea, en mayor medida facilitará la incorporación de nuevos significados que se ajusten a los cambios históricos e individuales, potenciando un estado adecuado de conciencia que evoque emociones intensas.

Los rituales organizan la vida de los pueblos definiendo y confirmando su estructura social.
Un ritual comprende un conjunto de actos y/o interacciones simbólicas más o menos estructuradas, que no se restringen únicamente a la ceremonia de realización, sino que incluyen el proceso completo de preparación, la experiencia misma de ejecución y reintegración posterior a la vida cotidiana (Roberts, 1991).

Van der Hart (1983) distingue en todo ritual un aspecto formal y un aspecto vivencial, que forman un todo indisoluble. Un rito desde el aspecto formal prescribe un conjunto de acciones simbólicas que han de ejecutarse de un modo determinado y en cierto orden (tiempo y lugar adecuados) y pueden o no estar acompañados por fórmulas verbales. El componente vivencial implica la exigencia de un fuerte compromiso en su realización, sin el cual la experiencia carecería de significado privado, convirtiéndose en algo vacío.


Algunas de las funciones de los rituales son:

- Regular el funcionamiento social y familiar, y permitir una evolución poco conflictiva.

- Transmitir la cultura, valores y normas de una generación a otra en grupos y familias.

- Coordinar el pasado, presente y futuro social y familiar.

- Señalar y respaldar las transiciones del ciclo vital.

- Aportar significados polivalentes a las conductas, cogniciones y afectos. Evocar emociones intensas que unen en una misma experiencia fenómenos diversos. Abarcar simultáneamente distintas dimensiones sensoriales y cognitivas del significado.

- Englobar al mismo tiempo los dos aspectos de una contradicción.

- Proporcionar apoyo y contención a emociones y sentimientos.

- Alterar los estados de conciencia de los participantes.


José Luís Anta expone que no son los rituales quienes crean colectividades, sino que son las colectividades las que sacralizan ciertos elementos y crean rituales donde se toma consciencia de que se forma parte de un único grupo.

El ritual opera desde los anclajes espacio-temporales que genera la cultura, las percepciones colectivas del lugar y tiempo que modelan las conductas y definen los gustos según el grupo étnico, el género social y las posiciones de estrato-status, así como sobre los juegos del lenguaje y su intencionalidad. Los grupos humanos sienten la necesidad de comunicarse a través del medio donde habitan.

Los procesos rituales, a través de su fuerza estética, definen simbólicamente al grupo, lo integran, le hacen sentirse diferente de otros, se construyen vínculos sociales, pactos de complicidad, de sentimiento. Es un pacto simbólico porque mantiene cierta afinidad colectiva que juega a conjurar la realidad y carga el juego de intenciones profundas.



El flamenco

La palabra “flamenco” cristaliza entre 1860/70 para denominar los modales y hablas flameantes (de llama) de la miseria que se cree fascinante en el nuevo ámbito de los cafés cantantes.
Los flamencos eran vistos como personas “tiradas para delante”, muy temperamentales, cálidas, llameantes, flameantes.
Hasta llamarse de esta manera debieron pasar muchos años de evolución de la música que se hacía en el territorio que hoy conocemos como Andalucía. Debemos trasladarnos a la España árabe, pues las modulaciones y melismas que definen al género flamenco pueden provenir de los cantes islámicos. Hay quien atribuye la creación de esta música a los gitanos, pueblo procedente de la India y desperdigado por toda Europa. En España entraron a principios del siglo XV. Tampoco hay que olvidar los diferentes legados musicales que dejaron las melodías salmodiales y el sistema musical judío, los modos jónico y frigio inspirados en el canto bizantino, los antiguos sistemas musicales hindúes, los cantos musulmanes y las canciones populares mozárabes.
Hay muchas hipótesis de la procedencia del término “flamenco”. Según Blas Infante deriva de los términos árabes “felah-mengus”, “campesino errante”. También llegó a tener muchos adeptos la teoría que afirmaba que flamenco era el nombre de un cuchillo o navaja. Tampoco trascendió la que decía que el nombre se le había dado por el ave llamada flamenco. Rodriguez Marín la justificó argumentando que los cantaores practicaban el cante vestidos con chaqueta corta, eran altos y quebrados de cintura, por lo que se parecía al ave zancuda.
Hipólito Rossy o Carlos Almendro afirman que se debe a que la música polifónica de España en el siglo XVI se acrecentó con los países bajos, la antigua flandes.

¿Quiénes eran aquellos flamencos que en los bordes del sistema establecido y en las ventas de los caminos asaltaban, reñían, maldecían, jugaban y cantaban? ¿Quiénes eran los otros usuarios de esos caminos?
Para reconstruir los procesos de gestación del flamenco, la toponimia es importante junto con sus vigencias fijadas en el territorio por donde transcurre; junto a las ventas y poblaciones que lo jalonan. Es interesante ojear la documentación hallada en los archivos de ámbitos provinciales, regionales y nacionales. En ellos se da cita a documentos e informes respecto a vagos y maleantes, trovadores, presencia de moriscos, gitanos y castellanos, contratos de arrendamiento y venta, de nacimiento, matrimonio y defunción, testamentos, edictos gubernamentales y otra documentación administrativa reguladora de los más variados aspectos de la vida cotidiana, amén de fotos, grabados y otros documentos gráficos.


Es significativo que aquellos lugares y enclaves donde hubo una mayor población morisca sea precisamente en los que se asentó el mayor número de gitanos: el Albaycín, Triana, Lebrija, Marchena, Utrera, Jerez.
De lo que sí se tiene referencia es de los primeros artistas del siglo XVIII en Triana, que junto con Jerez y Cádiz fueron el enclave en el que el flamenco deja de ser una expresión folclórica para convertirse en un arte.
La topo y tempo sensitividad dan vida al ritual de modo seguro, particularmente cuando éste consiste en performance teatral y encanto musical.
El flamenco nace del propio pueblo y tiene una raíz folclórica. Hoy se ha convertido en un arte.
Hay muchos documentos que confirman que el flamenco tiene más de dos siglos de vida.

Existe una perfecta conjunción de tres elementos fundamentales, llamados también pilares por la flamencología tradicional; el cante, el baile y la guitarra.
La expresión de las emociones a través de las técnicas vocales, dancísticas o instrumentales, se reconoce como el “duende”.
Pero dicha simbiosis no ha estado exenta de problemas; la tradición oral, la ausencia de estudios musicales, pocos tratados conceptuales…

A finales del siglo XIX el flamenco ya era un arte muy extendido por toda Andalucía.
Silverio Franconetti, al ver las pasiones que levantaba este arte, decidó montar un café cantante en el número 4 de la sevillana calle Rosario. En este momento el flamenco se profesionaliza definitivamente. Sin embargo, la implantación del género es dura, porque las clases pudientes y las autoridades emprenden una cruzada contra este tipo de establecimientos por considerarlos lugares de reunión de las clases marginales.
Por otro lado, paralelamente a este ciclón de los cafés cantantes, un cierto sector del género mantiene el cante en las minorías de antaño.
Cuando comienzan a surgir decididamente los profesionales del cante, el baile y el toque, ciertos sectores de la intelectualidad afines a la generación del 27 empiezan a temer por “lo puro”. El temor a perder esa pureza les lleva a crear el primer concurso de cante flamenco, celebrado en Granada en 1922, en el que la única exigencia era que los aspirantes fueran desconocidos, gente del pueblo, y no figuras ya consagradas en los cafés cantantes.
Pero las pretensiones de los creadores de aquel concurso no medraron y, pese a los esfuerzos por devolver el flamenco al pueblo, el género no sólo siguió profesionalizándose, sino que los aficionados fueron testigos de una revolución que se acrecentó con los discos de pizarra.

El éxito que el cante flamenco había cosechado entre el público hizo en que Madrid se convirtiera en centro cantaor desde principios del siglo XX. Comenzaron a proliferar los espectáculos en teatros.
Toda la parafernalia repetida en multitud de puntos del territorio español, generó lo que posteriormente se llamó la ópera flamenca.
El término no ha terminado de ser aceptado por muchos expertos porque según ellos esta época supuso una adulteración de los estilos flamencos, ya que la mayoría de los cantaores dejó de lado palos como la soleá, la seguiriya, la toná, el tango o la bulería, para dedicarse plenamente al fandango, a los estilos de ida y vuelta y los cuplés.

Llegan los años 50, el arte flamenco es conocido en medio mundo gracias a las “troupes”, que habían restado intensidad a los cantes para facilitar la comprensión por parte de todos los públicos.
Como si hubiera permanecido en estado latente, una generación de cantaores reivindicó su sitio y siguió interpretando en núcleos más reducido los estilos de siempre. Es la época de los tablaos.
Surgen las primeras peñas, el primer concurso nacional de arte flamenco (1956). El flamenco entra en los teatros y los artistas se empeñan en grabar viejos cantes en desuso para perpetuar su arte.

El flamenco toma otro camino; el de los festivales.
Los artistas realizan otra tarea vital; llevar el flamenco a los círculos intelectuales. La música andaluza entra de lleno en las universidades, comienzan a prodigarse los recitales ilustrados con conferencias, nace la palabra “flamencólogo” y el flamenco sufre una importante revisión histórica. Todo ello confluye en la concepción de un nuevo tipo de festivales de larga duración como la bienal de Sevilla.

A todo esto hay que sumar las nuevas tecnologías de la comunicación, a finales de la década de los ochenta del siglo XX, como legitimización técnica del liberalismo económico. La producción de conocimiento con imágenes; hoy la imagen es una de las formas de la realidad que juega la aportación estratégica de construir conocimiento específico. Y por supuesto, la digitalización, que aporta la posibilidad de que los medios conjuguen para obtener una comunicación integral.

Como culmen el flamenco es designado como patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 2010; lo cual termina de abrir las puertas de este arte a todo el planeta.


Rituales en las fiestas flamencas no comerciales y comunicación no verbal.

No son los grupos humanos, a través de un planteamiento consciente, finalista, que buscaría hacer lo que quiere y sabría perfectamente lo que desea, los que hacen la fiesta; sino la fiesta, en gran medida un alegato contra la sociedad como maquinaria normativa, la que acaba haciendo los grupos humanos.
Es una forma de enfrentar la vida diaria, burlar las reglas de la supervivencia y conjurar el sino.

Los procesos rituales establecen las relaciones que le hacen ser lo que es, como expresión estética de una cultura de raíz popular que tiene su marco medio en los valores festivos mediterráneos y europeos y su marco inmediato en la Andalucía romántica.

Las danzas aparecen como uno de los ingredientes básicos de las manifestaciones rituales andalusíes, entre ellas el flamenco; al igual que el refinamiento amor por la naturaleza, el aire libre, los olores y sabores y placeres del campo o el recreo festivo como concepto vital.

Como es moneda común en las músicas populares, no han existido procedimientos de registro escrito formalizados que faculten la reproducción mimética del acervo musico-oral del flamenco hasta hace muy poco tiempo.

La música es un medio para conservar la cultura. Las canciones son crónicas o imágenes de la vida que llevamos. A través de ellas contamos las cosas que nos preocupan y nuestras experiencias a la siguiente generación.
Sólo de lo negado
canta el hombre,
sólo de lo perdido,
sólo de la añoranza:
siempre de lo mismo.

El cantaor se halla integrado en su comunidad y siente como una parte de su legado colectivo el cante.
Se asocia la fiesta a ritos de paso (entre no pertenecer y pertenecer a un grupo) y ámbitos familiares.

Yo creo que yo nací y me crié flamenco... el flamenco no es un paisaje exterior a mí, un paisaje bello que puede gustar al que lo contemple, ¿no? Yo me siento parte de ese mismo paisaje, no lo contemplo desde un punto de vista externo...” Pedro Peña.

El hecho social total del que son parte los individuos y grupos que lo han ido conformando; un hecho a la vez afectivo, estético, moral, religioso, económico y que aunque pudiera percibirse desde fuera como un todo, sus protagonistas no son sino sujetos sociales que lo heredaron, y lo viven, lo sientieron y lo sienten en carne viva, de una determinada manera, en el aquí y ahora de su producción.

(...) hay un momento en que la guitarra entra en mi espíritu, recuerdo en mi primera comunión (...) y nada a los críos le dan una vueltecita para que le den la limosnita, el cestito de comunión y eso. Entré en el patio y estaba tocando El Morao por bulerías (...) entonces yo suelto el librito, no sé lo que me entró; suelto el librito, la vela, el rosario, todo lo que llevaba, y empecé a bailar en el centro.” Pedro Peña.

Se mantiene un nivel de construcción a lo largo del tiempo en cuanto a los procesos de conservación social, especialmente en cuanto al estudio de lo conservado en la memoria colectiva; y a los procesos de reencuentro y recreación en el presente . Coexisten la experiencia individual y la colectiva que incluye la composición, la performance, los repertorios y estilos, etc.

Ambiente flamenco... el único, el de la familia. Verás tú, a parte del flamenco este que se daba en las familias nuestras, no existía otro flamenco (...) Los únicos que cantaban aquí (en Lebrija), que tocaban, que bailaban; eran gitanos. Los otros también... pero eso lo comprobaba yo cuando iba a una fiesta o a otra, porque yo tenía amigos en un lado, y amigos en otro (...) yo notaba una diferencia abismal, en la forma de entendelo; no solamente en los bailes, que ya de por sí era una diferencia muy notable, pero en la cultura, en la forma de... no sé. Creo recordar muchas palabras, mucho hablar, el chiste también que surge inevitable, el fandangazo; la voz fuerte, con facultades (...) y alguna sevillanita... ese era, que está muy bien... pero la otra es distinta, la otra era bulerías (...) bulerías pero ¡ojo!, bulerías que cada uno cantaba distinto, uno entra, otro sale... unos cantan, otros bailan (…). Luego había la forma de bailar de muchísimos gitanos... de aquella época, ves que algunos eran algunos como cómicos en la forma de bailar ¿no? (...) luego terminaba la fiesta esa; venían lo que yo digo “el cante de los viejos”; porque aunque la fiesta ya había desvencido un poquito, de los más jóvenes y tal; pero a parte estaban los viejos que estaban reunidos; y era su hora, porque era de madrugada (…) y de madrugada ya ni siquiera la guitarra tenía cabida. Yo recuerdo que yo era joven, mi primo Pedro que en paz descanse, pues también, y cuando llegaba la hora nos decían con un gesto así y nosotros entendíamos perfectamente que era que dejáramos de tocar que era la hora de escuchar. El cante con el cante. Aquí no hay... y entonces pues ahí estaban estos viejos dándonos las lecciones y transmitiéndonos oralmente algo que ellos habían también a su vez adquirido de otra generación anterior; y esa de la otra. Es decir, que a nosotros nos viene, nos viene ya el cante, el cante por soleá, el cante por seguirillas, las tonás. Todo eso nos viene de generaciónes anteriores. Es una condición de estos gitanos, que yo les llamo flamencos; son gitanos flamencos, son gitanos músicos, de condición música”.
Nosotros lo seguimos haciendo todavía; en la fiesta que hacemos con mis tíos y todo eso, hay su fiesta, tocar y divertirse y todo eso, pero luego tienen su momento en el que hay que cantar por soleá, como mínimo. Se puede cantar por toná, por seguirillas también. Pero la soleá... es una tradición de muchos siglos, muchas generaciones (…) son el dominio de unos compases, que es muy raro que se pueda entender si no se sabe hacer. Los profesionales lo tienen que aprender, tanto los bailaores como los guitarristas (…). hay algunos cantaores buenos incluso de primera fila que no acaban de cuadrar (…).” Pedro Peña.

Hay determinados sonidos, que son sentidos como propios y que están ritualizados como topo-ritmos tempo-sensitivos de la identidad. Lo podemos comprobar cuando se habla de la bulería de Jerez, el tango de Triana, los tangos de Granada, etc.

Las dinámicas de interrelación del grupo portador del ritual festivo tiene un entorno cambiante que le afecta en su hábitat (composición del grupo, concentración, dispersión...), en su economía (uso o abandono de la tierra, procesos de emigración...), en su cultura material (camino, transportes, instrumentos...) y, sobre todo, en sus esquemas cognitivos (conceptualización del tiempo, del espacio, expresiones simbólicas de todo tipo...), que es donde cualquier grupo humano se permite el lujo de manifestarse con menos cortapisas en aquello que siente como propio.
El entorno puede ser importante. por ejemplo hay sitios que condicionan más una fiesta, un sitio bonito, ¿no? Un sitio flamenco; una peña, un bar, un antiguo corralón de vecinos... hay sitios que siguen y que inspiran y que son más dados a que se de una buena fiesta.” Lucas Ortega.

Sigue existiendo esa fiesta flamenca fuera de los modelos de espectáculo generalizado actual (con escenario, con medios técnicos de sonido y con público sentado en el patio de butacas), esas nuevas formas de espectáculo impuestas por causas como la rentabilidad política de las instituciones subvencionadoras, la masificación a la que ya estamos acostumbrados, los modelos culturales estandarizados, etc.

Suele ser una pequeña reunión, relativamente hermética y bullanguera.

Puede ser que lo empiecen tres y acabar en veinte”.
Un máximo... pues no sé... quince o veinte personas o así; pero ya es mucha gente, normalmente cinco o seis personas, siete personas; pero ya te digo si es una familia, o un grupo de amigos que todos se dedican a eso... es muy relativo”. Lucas Ortega.

Puede surgir de muchas maneras;

Espontáneamente puede surgir eso entre un grupo de amigos, o artistas, la familia; hay muchas familias que hacen fiestas flamencas.”
Puede ser eso, una cosa totalmente improvisada y que uno saque la guitarra y se pongan todos a tocar las palmas y a cantar; o que esté todo organizado, que haya una comida y después de esa comida se empiece la fiesta.”
Normalmente no es una cosa en la que la gente se ponga de acuerdo y diga “venga vamos a...” es una cosa que surge sola”.
Es una cosa que sale así en un bar, un local; ya no pero antiguamente en la calle también se montaban muchas fiesta, en los corrales de vecinos...”
(...) en cualquier ambiente donde se de flamenco, que haya talleres de flamenco, en una casa, entre amigos, se puede dar en cualquier sitio.” Lucas Ortega.

Se suele disponer un corro vuelto hacia el interior, con la atención volcada en el compas y el baile.

Normalmente se hace un corro, un círculo, un medio círculo; que normalmente suele salir alguien también a bailar, ¿no? Y se hace un medio círculo entonces. O entero también, depende; si hay mucha gente se hace entero el círculo, y si hay poquita gente pues se hace medio círculo, o todos en fila.
(...) normalmente el que canta se pone al lado del guitarrista. O, que quiere cantar alguien, pues se pone donde estaba antes cantando el cantaor o se queda en el sitio que estaba (...)” Lucas Ortega.


Como manda la historia del flamenco, es muy importante que lo sientan y lo haga propio, lo perviertan, lo enriquezcan. Es imprescindible dejarse llevar.

(...) el guitarrista debe saber tocarle al que sea, y el cantaor dominar su cante, y ya saberlo cantar con el guitarrista. Eso siempre ha sido así. Ahora ¿qué pasa? Pues que se reúnen guitarrista y cantaor, (…) y tres o cuatro días antes montan... y cómo ya se lo saben van repitiendo lo mismo. ¿qué pasa? Que el cante ha perdido brillantez, ha perdido improvisación (…) eso es algo muy negativo para el flamenco, el flamenco es otra cosa, el flamenco sin improvisación para mí no es nada (…) el que no sepa improvisar en el flamenco está listo, está claro. Y encima de un escenario lo que se está haciendo es ficción, es ficción porque es mentira. Es decir, hay un cante que nació en el escenario, que es el cante en los cafés cantantes (…) los prepararon hasta hacer un cante estilo operístico (…) con unas facultades de falsetas y tal. Pero esos cantes, yo no digo ni peor, ni mejor ni peor, simplemente que es que nacieron en las tablas de un escenario. No entrañan, ahora los cantes de los gitanos andaluces, nooo, ese cante es el de la familia, y aunque se esté cantando en el tablao, lo que se está es llorando, el cantaor está llorando cantando en una familia, y como se expresa es (en) su medio natural, en su hábitat natural que es la familia; son dos cantes por tanto, en fin, dos cabeceras de cartel muy bien definidas. ¿qué pasa con los festivales? Pues que eso, que mataron la gallina, lo decían los mismos críticos lo decían, están matando las gallinas de los huevos de oro; con los “dineritos” que están ganando, pero (…) no cantes siempre lo mismo (…) modifica un poco...” Pedro Peña.


Es fácil que se produzca una exaltación de la inocencia y la chiquillería; ningún sistema de la vida social es más que otro y nadie es más que nadie cuando se es capaz de sorprender con una buena “salía”.
Rompe el modelo programado, exhibitivo, rígido y artificial, muchas veces apoyado en el efectismo de la vestimenta.
Propicia la participación directa del público y la participación de los jóvenes. Los niños convierten la fiesta flamenca (donde no se contrata ni se paga a nadie) en su lugar de aprendizaje.

Existe una amalgama socializada de cantes, bailes y toque en los ámbitos rituales flamencos.

Normalmente (no pueden faltar) el baile, el cante y la guitarra; la gente jaleando y las palmas, la gente tocando las palmas. Normalmente hay baile, pero hay veces que no, que se hace una rueda de cantes, o el guitarrista hace su falseta también, hace sus cosas; se le jalea también. Depende como se de”.
En una fiesta y tal lo que más se suele dar es la bulería, los palos más festeros, pero depende de la gente, los artistas que haya y como sea, se pueden cantar todos los palos. Normalmente bulería, soleá, ¿no? Tangos; bulería es lo que más se suele hacer. Todos los tipos de bulería. Y si es un grupo (...) cerrado, de amigos, de artistas, es una fiesta personal, pues uno se puede arrancar una letrita por soleá, otro sigue con otra letrita por soleá, o por seguirillas, o alegrías; pero normalmente bulerías”. Lucas Ortega.

Comprender la fiesta es colocarse en un nivel estético de representación compartida de sonidos que son sentidos a través de la acción, del ritmo, del cante.
Se dan efectos envolventes a consecuencia de la repetición y las variadas experiencias en los rituales flamencos.

En una fiesta viva y en evolución los “juegos del lenguaje” que la viven y reavivan, son palabras que también son hechos. Se hablan dialectos diferentes. Tanto es así que requiere varios años de estudio del cantaor, bailaor y guitarrista para aprender a comunicarse con seguridad entre ellos. Que los acompañantes conozcan el baile casi tan bien como el propio bailaor y viceversa con el cante y la guitarra.
Siempre han existido unos elementos que sirven de unión entre cante, baile y guitarra. Dichos elementos son “palabras” que sirven de aviso, una llamada de atención para avisar de que algo va a ocurrir.

Ahí lo que hay que hacer (si quieres avisar al cantaor que quieres cantar), pues bueno, es hacer una señita, una miradita, un algo, o bueno el que entiende sabe que haces dos letritas o tres y que ya después va otro; cierras y va otro”.
El guitarrista suele avisar, llamar con lo que sea, con la mirada o con la misma guitarra; es evidente a lo mejor cuando cierra un cante. Uno está cantando, cierra, papa pa pa, pues ahora va otro, la guitarra ya la ha cerrado, ha hecho un cierre que ya ha terminado de cantar y se supone que va otro; o mira, le puedes decir en un momento dado “quillo, vamos allá, no sé qué”, me entiendes? (...) como es una fiesta, hay mucho jaleo, (…) pues el guitarrista puede tener la opción de decir “venga, vamos al lío”, “dale tú pepito”. Con gestos, o musicalmente también. Normalmente es eso, con miradas o con un gesto así (mueve la mano como diciendo “vamos”), o así con la cabeza de “vamos al lío” (gira la cabeza levemente a un lado).”
Es como un lenguaje, con el baile es igual, es igualmente; tú a lo mejor empiezas una letra, y la bailaora sale ya; con eso ya te quiere decir que va a bailarte. Entonces esa letra ella te la marca, después viene el remate, y ya pues cuando ella entra en acción. (...) o puedes llamar tú a la bailaora, la miras, y la empiezas a cantar; que eso es como se llamaría al baile, miras a la bailaora y le empiezas a cantar un poquito”. Lucas Ortega.

A veces hay cajón, normalmente sólo guitarra y palmas. O sin guitarra también se puede hacer. Lo único que hace falta para la fiesta es el cante”. Idan Balas.

Sí se puede hacer todo pero con respeto en la fiesta. Participar, si conoces a la gente o si no lo conoces también se puede pero con mucho respeto. Nunca así por... con mucho respeto”. Idan Balas.

Simplemente que hay unos códigos, lo que él ha dicho, de repeto; de no pisar a nadie, si tú a lo mejor quieres cantar, pues pides tú el paso, “¿puedo?” o “venga vamos a escuchar...” y ya te cantas tú lo que sea. Sin extenderte mucho tampoco, porque eso es... hay gente que es muy pesada; y venga, y venga, y venga. Hay códigos pero que no son códigos de... son más bien códigos de respeto y de saber estar”. Lucas Ortega.

(una de las cosas más importantes es el) respeto a la gente mayor en todas las fiestas, ¿sabes? Y después a lo mejor gente que son más conocidos, también tienen como otro... la gente los respeta más. Pero sobretodo eso, la gente mayor, la gente mayor siempre tiene... a ellos le dejan controlar la fiesta.”
A lo mejor está cantando, y ahora no va a entrar un chaval cantándole en el medio, ¿sabes? Pero si no, no sé, si hay uno que está tocando... también a veces... un poquito más mayor, que sabe más, un poquito más; tampoco va un niño a pedirle la guitarra. Si está tocando un amigo mío, que más o menos tiene la misma edad, puedes decirle “me dejas un momentito”; pero normalmente tampoco se pide la guitarra, no se pide cantar ¿sabes? Para no cortarle a alguien su rollo, ¿sabes? Si hay buen rollo entre todos no... tampoco hace falta que uno pida la guitarra o para cantar, sale todo así, natural.”
Una fiesta flamenca es muy muy bonita cuando estás así entre la gente que...”
Se puede aprender mucho en la fiesta, es una escuela también, se puede aprender mucho nada más que escuchando, no hace falta participar; y si participas tocando y eso se aprende más todavía. Se aprenden cosas que no se aprenden en ningún sitio.” Idan Balas.



Fragmentos de la entrevista a Pedro Peña Fernández (guitarrista) realizada por Manuel Curao en el ciclo “Los flamencos hablan de sí mismos IV” organizado por la UNIA (6 abril del 2011).


Yo creo que yo nací y me crié flamenco... el flamenco no es un paisaje exterior a mí, un paisaje bello que puede gustar al que lo contemple, ¿no? Yo me siento parte de ese mismo paisaje, no lo contemplo desde un punto de vista externo...”

...hay un momento en que la guitarra entra en mi espíritu, recuerdo en mi primera comunión (...) y nada a los críos le dan una vueltecita para que le den la limosnita, el cestito de comunión y eso. Entré en el patio y estaba tocando El Morao por bulerías (...) entonces yo suelto el librito, no sé lo que me entró; suelto el librito, la vela, el rosario, todo lo que llevaba, y empecé a bailar en el centro. Eso me lo contaba mi madre con mucha gracia, con mucho detalle...”

... mi padre nos compró una guitarra catalana... y claro como había una pues mi hermano y yo la compartíamos como podíamos, con nuestras horas respectivas; ni siquiera para ir al lavabo ni nada, te la llevabas al lavabo porque teníamos una afición desmedida a la guitarra (ríe).”

Mi casa era (...) tenías la oportunidad de tocarle a todos; a mi madre, a los Funi (...) porque nosotros vivíamos en esa calle (...) que vivía La Japonesa... la (casa) del tío Vicente, y más para allá la del tío Quintín. Es decir, que había cuatro familias numerosísimas de gitanos, entonces yo he tenido la oportunidad de tocar, de estar todo el día tocando... pero la verdad es que yo no dislumbraba que fuera a ser un profesional de la guitarra. Iba también Mairena muchísimas veces...”


¿qué ambientes flamencos frecuentabas?
Ambiente flamenco... el único, el de la familia. Verás tú, a parte del flamenco este que se daba en las familias nuestras, no existía otro flamenco. O sea Lebrija era una población entonces... que podía tener 22000 habitantes y 2000 eran gitanos. Los únicos que cantaban aquí, que tocaban, que bailaban; eran gitanos. Los otros también... pero eso lo comprobaba yo cuando iba a una fiesta o a otra, porque yo tenía amigos en un lado, y amigos en otro (...) yo notaba una diferencia abismal, en la forma de entendelo; no solamente en los bailes, que ya de por sí era una diferencia muy notable, pero en la cultura, en la forma de... no sé. Creo recordar muchas palabras, mucho hablar, el chiste también que surge inevitable, el fandangazo; la voz fuerte, con facultades (...) y alguna sevillanita... ese era, que está muy bien... pero la otra es distinta, la otra era bulerías (...) bulerías pero ¡ojo!, bulerías que cada uno cantaba distinto, uno entra, otro sale... unos cantan, otros bailan (…). Luego había la forma de bailar de muchísimos gitanos... de aquella época, ves que algunos eran algunos como cómicos en la forma de bailar ¿no? (...) luego terminaba la fiesta esa; venían lo que yo digo “el cante de los viejos”; porque aunque la fiesta ya había desvencido un poquito, de los más jóvenes y tal; pero a parte estaban los viejos que estaban reunidos; y era su hora, porque era de madrugada (…) y de madrugada ya ni siquiera la guitarra tenía cabida. Yo recuerdo que yo era joven, mi primo Pedro que en paz descanse, pues también, y cuando llegaba la hora nos decían con un gesto así y nosotros entendíamos perfectamente que era que dejáramos de tocar que era la hora de escuchar. El cante con el cante. Aquí no hay... y entonces pues ahí estaban estos viejos dándonos las lecciones y transmitiéndonos oralmente algo que ellos habían también a su vez adquirido de otra generación anterior; y esa de la otra. Es decir, que a nosotros nos viene, nos viene ya el cante, el cante por soleá, el cante por seguirillas, las tonás. Todo eso nos viene de generaciónes anteriores. Es una condición de estos gitanos, que yo les llamo flamencos; son gitanos flamencos, son gitanos músicos, de condición música. Que primero creo que fueron profesionales, porque fueron (…) hay una leyenda que engarza con todo eso, que es muy bonito; yo no sé históricamente sí se puede digamos enrebesar y poner derecho. Porque hay una leyenda de tiempos (…) estamos hablando del s. VI; cuando el rey de Persia pide a lo que era su suegro (...), que le mande 10 o 12000 músicos porque dice que sus súbditos estaban aburridos; y que tenían mucho para comer, que estaban muy bien, y que allí los únicos que disfrutaban de música era los de alta cuña, entonces que sus súbditos estaban aburridos. “de modo que mándame pa´ca´ muchos músicos”, en orden de 10 o 12000 (…). eran músicos que se ganaban la vida como profesionales de la música, entre los indios, me imagino que como los gitanos (…) aunque fueran músicos tendrían que por ejemplo echar mano de ser herrero, o de otras cosas (…). quiero decir que es posible que esa transición, que esos viejos nos cantan, nos han cantado a todos, a todos los gitanos, de mi edad y más jóvenes. Nosotros lo seguimos haciendo todavía; en la fiesta que hacemos con mis tíos y todo eso, hay su fiesta, tocar y divertirse y todo eso, pero luego tienen su momento en el que hay que cantar por soleá, como mínimo. Se puede cantar por toná, por seguirillas también. Pero la soleá... es una tradición de muchos siglos, muchas generaciones (…) son el dominio de unos compases, que es muy raro que se pueda entender si no se sabe hacer. Los profesionales lo tienen que aprender, tanto los bailaores como los guitarristas (…). hay algunos cantaores buenos incluso de primera fila que no acaban de cuadrar (…).”

Los flamencos actuaban (los que iban a las fiestas de los pueblos) y luego los artistas venían a casa. Ya estaba claro. Mi padre era así (…) toda esta gente iban de troupé o de trupe ahí al pueblo, primero íbamos a verlo y ya mi padre decía “vamos a casa (…)”, unas tapitas, unas copitas... también por escuchar a mi madre. No se pierdan a mi madre (…), era increíble”.

(...) allí a esa casa íbamos nosotros cuando mi padre (…) cuando tenía dinerito que hacía un negocio (…) y fuera lo hora que fuera. Esa gitana, esa tía María, tan limpia (…) y eran las cuatro de la mañana, da igual la hora que fuera; y la alegría con la que recibía “¡ay mi sobrino bernardo!” y ya despertaban al otro, al otro y se formaba allí... bueno aquello duraba, pues mire usted, hasta el otro día, hasta el otro día por la tarde o lo que fuera, cantando y bailando. Eso era jerez, la familia (...)”

(...) y luego pues buscando siempre, buscando siempre. El cante siempre como norte, como brújula de la que no puedes prescindir. Buscando el cante. ¿dónde está? Allí.(...) me juntaba con mis amigos, Eusebio... en fin, la pandilla de amigos que nos gustaba el cante; “¿y a dónde vamos?” Para la venta, donde estaba la venta de la pañoleta (…), la rosaleda (…) bueno siempre buscando, siempre buscando el cante. Que no es casualidad nada.”

A san lúcar íbamos porque los dueños de una bodega eran amigos de mi padre; íbamos muchas veces allí (…) y recuerdo otra vez, que cuando estábamos tocando la guitarrita, nos fuimos mi hermano y yo, y el Funi (…) nos fuimos en San Lúcar porque Miguel Funi estaba roneando con una novia que tenía en San Lúcar. Y estábamos allí y no le habíamos dicho a mi padre ni “ná”; total que como pude yo telefonearle, mi padre se mosqueó por teléfono, se fue con un coche para allá a recogernos, pero él se quedó también en la fiesta; la fiesta estaba... (ríe)”.

¿Tú, cuando escuchaste tocar a morao qué te pasó?
hombre ya lo he dicho, la primera comunión fue la primera vez que lo escuché. Me quedé “morecío”(...) lo que me entró a mí, imagínate lo que me entró. Es la primera vez que escuchaba una guitarra cerca y (…) parece que me estaba diciendo algo, no sé que me estaba diciendo, no lo entendía pero era algo tan misterioso que...”

(...) que sigáis intetresándose por este arte que no es fácil, os lo digo de entrada que no es nada fácil, pero que merece la pena.”

(...) el guitarrista debe saber tocarle al que sea, y el cantaor dominar su cante, y ya saberlo cantar con el guitarrista. Eso siempre ha sido así. Ahora ¿qué pasa? Pues que se reúnen guitarrista y cantaor, (…) y tres o cuatro días antes montan... y cómo ya se lo saben van repitiendo lo mismo. ¿qué pasa? Que el cante ha perdido brillantez, ha perdido improvisación (…) eso es algo muy negativo para el flamenco, el flamenco es otra cosa, el flamenco sin improvisación para mí no es nada (…) el que no sepa improvisar en el flamenco está listo, está claro. Y encima de un escenario lo que se está haciendo es ficción, es ficción porque es mentira. Es decir, hay un cante que nació en el escenario, que es el cante en los cafés cantantes (…) los prepararon hasta hacer un cante estilo operístico (…) con unas facultades de falsetas y tal. Pero esos cantes, yo no digo ni peor, ni mejor ni peor, simplemente que es que nacieron en las tablas de un escenario. No entrañan, ahora los cantes de los gitanos andaluces, nooo, ese cante es el de la familia, y aunque se esté cantando en el tablao, lo que se está es llorando, el cantaor está llorando cantando en una familia, y como se expresa es su medio natural, en su hábitat natural que es la familia; son dos cantes por tanto, en fin, dos cabeceras de cartel muy bien definidas. ¿qué pasa con los festivales? Pues que eso, que mataron la gallina, lo decían los mismos críticos lo decían, están matando las gallinas de los huevos de oro; con los “dineritos” que están ganando, pero (…) no cantes siempre lo mismo (…) modifica un poco...”

Improvisación granada año 1981, mano a mano en el fin de fiestas donde tiene que compartir el cante del Lebrijano (de su hermano Juan) y de Camarón, y la verdad que es escalofriante ver como se van retando ellos dos ahí y como hacen que la guitarra sirva para dos tesituras tan distintas como podrían ser las de Juan el Lebrijano y la de Camarón.
Camaron bulerías a dúo con el lebrijano:




ENTREVISTA A IDAN BALAS Y LUCAS ORTEGA. JUNIO 2011


¿Cómo surge una fiesta flamenca?
- Lucas: pues depende, no? Puede ser entre amigos, o entre una familia de flamencos, o también puede surgir, tú dices de surgir de... así, no? Espontáneamente, no? Espontáneamente puede surgir eso entre un grupo de amigos, o artistas, la familia, hay muchas familias que hacen fiestas flamencas.
Pero, ¿quedan para hacer la fiesta o hay una comida y de repente alguien saca la guitarra...?
- Lucas: depende puede ser de muchas maneras, puede ser eso, una cosa totalmente improvisada y que uno saque la guitarra y se pongan todos a tocar las palmas y a cantar; o que esté todo organizado, que haya una comida y después de esa comida se empiece la fiesta.
¿Y después de un espectáculo?
- Lucas: también es posible, si se da la situación y... o sea que normalmente no es una cosa en la que la gente se ponga de acuerdo y diga “venga vamos a...” es una cosa que surge sola, normalmente; pero que también se puede premeditar.
¿Cuáles son los sitios en los que se suele producir?
- Lucas: pues ya te digo como es una cosa que sale así en un bar, un local, ya no pero antiguamente en la calle también se montaban muchas fiesta, en los corrales de vecinos...
¿Y ahora no por qué?
- Lucas: bueno pues porque han cambiado los tiempos y están las leyes, los vecinos, que no se puede hacer ruido; pero en cualquier ambiente donde se de flamenco, que haya talleres de flamenco, en una casa, entre amigos, se puede dar en cualquier sitio.
La que te ha gustado a ti (refiriéndome a la pregunta), ¿crees que el entorno condiciona el desarrollo?
- Lucas: sí; sí, sí, el entorno puede ser importante. El entorno... por ejemplo hay sitios que condicionan más una fiesta, un sitio bonito, no? Un sitio flamenco; una peña, un bar, o sitios que pueden condicionar; un corralón de éstos, un antiguo corralón de vecinos... hay sitios que sí, y después pues hay sitios que siguen y que inspiran y que son más dados a que se de una buena fiesta.
Y por comodidad a lo mejor también.
- Lucas: también.
¿Qué disposición siguen los participantes?¿cómo se colocan?
- Lucas: normalmente se hace un corro, un círculo, un medio círculo, que normalemente suele salir alguien también a bailar, ¿no? Y se hace un medio círculo entonces.
Ssi sale alguien a bailar se hace medio?
- Lucas: o entero también, depende; si hay mucha gente se hace entero el círculo, y si hay poquita gente pues se hace medio círculo, o todos en fila.
¿Sí?
- Lucas: en fila india, lo que pasa que ya te digo, que de fiesta, en una cosa de estas no se para mucho la gente a decir “no, pues yo me pongo aquí”, normalmente el que canta se pone al lado del guitarrista. O que quiere cantar alguien pues se pone donde estaba antes cantando el cantaor o se queda en el sitio que estaba, que es lo más correcto, que no se mueva nadie de su sitio.
Y por ejemplo, si tú estás cantando y ahora yo digo “voy a salir”, o sea “voy a cantar”, ¿cómo te aviso a ti? ¿no te aviso, te chafo y ya está? No, ¿no?
- Lucas: no, no, no, no. Hombre hay gente que tapa, pero eso no está bien. Ahí lo que hay que hacer, pues bueno, es hacer una señita, una miradita, un algo, o bueno el que entiende sabe que haces dos letritas o tres y que ya después va otro; cierras y va otro.
¿Y si está el típico que no hay manera de callarlo?
- Lucas: entonces ya es más complicado (se ríe), se le pega un pisotón o algo.
¿Cuántos suelen ser en número (aproximadamente)?
- Lucas: puede ser que lo empiecen tres y acabar en veinte.
Pero un máximo, porque con pocos se puede pero...
Lucas: un máximo... pues no sé... quince o veinte personas o así, pero ya es mucha gente, normalmente cinco o seis personas, siete personas; pero ya te digo si es una familia, o un grupo de amigos que todos se dedican a eso... es muy relativo.
¿Suele haber niños?
- Lucas: depende, normalemente no, pero si es una fiesta de una familia y están los niños, o entre amigos y hay niños, pues sí, pero no, no suele haber niños.
¿Aquí podríamos diferenciar entre la gitana y la paya?
- Lucas: no tiene por qué. Normalmente sí, porque los gitanos se hacen sus fiestas y se hacen sus cosas y van los niños, va toda la familia. Los payos, bueno los payos no suelen hacer esas cosas pero se puede dar también.
Pero es más raro a lo mejor ver un niño...
- Lucas: sí, pero se puede dar, vamos, que no... que hoy día...
¿Suele haber comida y/o bebida?
- Lucas: normalmente sí. Por eso te digo que a ver, si es una fiesta que está todo organizado... pues no, porque una fiesta, es un fin de fiesta por bulerías... pero normalmente sí, pues hay una comida previa, o se disponen unas mesitas, con tu copita, tus cositas, y tú puedes estar a la misma vez cantando que comiéndote un pedacito de jamón. Pero es que todo depende de cómo se empiece. Puede salir de la nada o ser una cosa que...
Pero bueno, por tu experiencia, cada vez que se ha montado algo así.
- Lucas: es que ha habido muchas formas. Ha habido veces de ir a un sitio que no... que hay gente del flamenco y tal, y de repente venga, se hace una fiesta, sacan una guitarra y se ponen tres o cuatro a cantar y otros a bailar también. O, algo que esté ya estipulado, que esté ya... “vamos a hacer un...” y se hace también. Con una comida, cuando acabe la comida, venga, saca la guitarra y todos a cantar y a bailar.
¿Cómo se sabe quién va a cantar o bailar? Qué gestos se utilizan para darse señales?
- Lucas: el guitarrista suele avisar, llamar con lo que sea, con la mirada o con la misma guitarra; es evidente a lo mejor cuando cierra un cante. Uno está cantando, cierra, papa pa pa, pues ahora va otro, la guitarra ya la ha cerrado, ha hecho un cierre que ya ha terminado de cantar y se supone que va otro, o mira, le puedes decir en un momento dado “quillo, vamos allá, no sé qué”, me entiendes? Ahí sí hay... como es una fiesta, hay mucho jaleo, hay mucha... pues el guitarrista puede tener la opción de decir “venga, vamos al lío”, “dale tú pepito”. Con gestos, o musicalmente también. Normalmente es eso, con miradas o con un gesto así (mueve la mano), o así con la cabeza de “vamos al lío” (gira la cabeza levemente a un lado).
¿Y con el que baile, con el que salga a bailar?
- Lucas: es como un lenguaje, con el baile es igual, es igualmente; tú a lo mejor empiezas una letra, y la bailaora sale ya; con eso ya te quiere decir que va a bailarte. Entonces esa letra ella te la marca, después viene el remate, y ya pues cuando ella entra en acción. O puede... sí con el baile es lo mismo, o puedes llamar tú a la bailaora, la miras, y la empiezas a cantar; que eso es como se llamaría al baile, miras a la bailaora y le empiezas a cantar un poquito.
Y contra la espada y la pared, tienes que salir, ¿no?
- Lucas: yaaa, claro.
¿Cuáles son los palos habituales en este tipo de fiestas?
- Lucas: mmm... en una fiesta y tal lo que más se suele dar es la bulería, los palos más festeros, pero depende de la gente, los artistas que haya y como sea, se pueden cantar todos los palos. Normalmente bulería, soleá, ¿no? Tangos; bulería es lo que más se suele hacer. Todos los tipos de bulería. Y si es un grupo, lo que te he dicho, es un grupo cerrado, de amigos, de artistas, es una fiesta personal, pues uno se puede arrancar una letrita por soleá, otro sigue con otra letrita por soleá, o por seguirillas, o alegrías; pero normalmente bulerías.
10. ¿qué instrumentos suelen estar presentes?
- Lucas: la guitarra y las palmas, bueno hay veces que hay un cajón también, que hay cajón.
Es raro, ¿no? Que se incluyan más.
- Lucas: bueno, no tiene por qué, mucha gente ¿verdad?(dirigiéndose a idan)
- Idan: a veces hay cajón, normalmente sólo guitarra y palmas. O sin guitarra también se puede hacer. Lo único que hace falta para la fiesta es el cante.
- Tibo: es que si no hay cante no hay fiesta.
- Idan: se puede hacer sin guitarra, pero sin cante no se puede.
La participación en este tipo de rituales aumenta de alguna manera tu reputación y tu “poder social” ?
- Lucas: no tiene por qué, es que depende de qué perspectiva tengas tú de eso. A ver si tú vas por aquí por sevilla a muchas fiestas y te das a conocer, cantas siempre un poquito y se te da bien y tal; la gente lo va a ver y le va a gustar y lo van a tener en cuenta.
Pero yo me refiero más a un nivel personal.
- Lucas: por eso te digo que es lo que tú te marques. Yo a nivel persnal una fiesta es para divertirme, aprender y disfrutar; pero no pienso si eso me va a dar una reputación, o...
No, no, no es que lo hagas por eso, no es que lo hagas con esa intención; pero sí, sí que lo conlleva.
- Lucas: si lo conlleva? Claro, lo conlleva, lo conlleva. Pero hasta qué punto lo conlleva? Eso... y tampoco puedes ir con esa idea porque... ¿no idan?
- Idan: sí se puede hacer todo pero con respeto en la fiesta. Participar, si conoces a la gente o si no lo conoces también se puede pero con mucho respeto. Nunca así por... con mucho respeto.
- Lucas: eso si es un grupo que ya tú lo conoces, pues vale, pero si tú no conoces a la gente.
Es que si no la conoces es muy difícil, no?
- Lucas: no, no tiene por qué, es simplemente que hay unos códigos, lo que él ha dicho, de repeto; de no pisar a nadie, si tú a lo mejor quieres cantar, pues pides tú el paso, ¿puedo? O “venga vamos a escuchar...” y ya te cantas tú lo que sea. Sin extenderte mucho tampoco, porque eso es... hay gente que es muy pesada; y venga, y venga, y venga. Si uno sabe y entiende sabe que es como, como la... por eso te digo que hay códigos pero que no son códigos de... son más bien códigos de respeto y de saber estar.
¿Crees que la participación en una fiesta puede resolver problemas personales o sociales del grupo?
- Lucas: es posible.
- Idan: es un saber estar.
No, me refiero; tú estás peleado con él ahora (un suponer) y la fiesta se utiliza para resolver ese problema, digamos que podría ser una herramienta.
- Lucas: sí, para arreglar ese problema... en un momento dado puede.
- Idan: normalmente no pasa. En una fiesta, fiesta buena, normalmente son gente que conoces y respetas; entonces no pasa eso. Y si hay alguien que se ve ya desde el principio que es un poquito problemático, la gente lo saca para fuera.le dicen “mira, fuera y ya está”.
- Lucas: ella dice sí tú tienes ahora mismo un problema con alguien...
- Idan: es que yo no le he visto nunca la verdad.
- Lucas: … del grupo...
- Idan: ya, yo lo entiendo pero no lo he visto nunca.
- Lucas: depende, es que puede ser que yo tenga un problema con esa persona, y a lo mejor esa persona, o tú, no quieres que la otra persona se ponga a cantar cuando estés tú o... ¿no? Y eso a lo mejor puede llegar a molestar. Pero lo mismo eso que a lo mejor esa persona que está cantando te canta a ti algo, te mira y te canta y dice... una letra, yo que sé... es posible, sí es posible.
Nunca te ha pasado que te han cantado algo, o tú has cantado algo con intención? No para reconciliarte...
- Lucas: hombre con intención sí, pero para arreglar un asunto o algo no.
¿Cuáles podrían ser las acciones que no pueden faltar en este tipo de fiesta?
- Lucas: acciones...
Habéis dicho ya el cante, no puede faltar. A parte de eso.
- Lucas: normalmente el baile, el cante y la guitarra; y la gente jaleando y las palmas, la gente tocando las palmas. Normalmente hay baile, pero hay veces que no, que se hace una rueda de cantes, o el guitarrista hace su falseta también, hace sus cosas; se le jalea también. Depende como se de.
Las ganas y ya está, ¿no?
- Lucas: todo muy relativo, que quede ahí (refiriéndose a la grabadora) todo muy relativo.
¿Cómo finaliza? Se acaba y ya esta, pero ¿cómo?
Lucas: sí, por bulerías, un estribillo, que alguna salga a bailar...
La gente dice “ya estoy harto, me voy” y “aquí os quedáis”...
idan: cada uno se va cuando quiere.
O el grupo se va reduciendo,y entonces ya dices “bueno...”
lucas: es que como son cosas muy improvisadas, puede pasar de todo.
No sé, lo más común; que diga cada uno “me voy a mi casa, ya está”, o “ya no me mantengo en pie, me voy”.
- Idan: lo más común es que cada uno se vaya cuando quiera.
Bueno pero si cada uno se va cuando quiere, se va reduciendo poco a poco.
    • Idan: sí, así van.
    • Lucas: o todos juntos. Depende de si está montado o no. si no está montado; a lo mejor han cantado todos y el último cantaor canta y le sale una bailaora, que es la bailaora ya que falta por bailar, pues hace ese baile y ya termina la cosa.
    • Idan: es que muchas veces son improvisadas las fiestas; cada uno viene por su cuenta y se va por su cuenta cuando quiere.
    • Lucas: o a lo mejor el guitarra se levanta (hace el sonido de una guitarra), y eso significa que ya se acabó.
    • Idan: lo primero es más respeto a la gente mayor en todas las fiestas, ¿sabes?
¿Tienen prioridad?
    • Idan: siempre. Y después a lo mejor gente que son más conocidos, también tienen como otro... la gente los respeta más. Pero sobretodo eso la gente mayor, la gente mayor siempre tiene... a ellos le dejan controlar la fiesta.
    • Lucas: es como una jerarquía, puede ser un sistema jerárquico.
    • Idan: a lo mejor está cantando, y ahora no va a entrar un chaval cantándole en el medio, ¿sabes? Pero si no, no sé, si hay uno que está tocando... también a veces... un poquito más mayor, que sabe más, un poquito más; tampoco va un niño a pedirle la guitarra. Si está tocando un amigo mío, que más o menos tiene la misma edad, puedes decirle “me dejas un momentito”; pero normalmente tampoco se pide la guitarra, no se pide cantar ¿sabes? Para no cortarle a alguien su rollo, ¿sabes? Si hay buen rollo entre todos no... tampoco hace falta que uno pida la guitarra o para cantar, sale todo así, natural.
Es que es lo bonito, ¿no? De eso.
    • Idan: eso es bonito. Una fiesta flamenca es muy muy bonita cuando estás así entre la gente que...
    • Lucas: por eso a lo mejor si te pones a rebuscarle mucho... “y esto cómo es? ¿y esto por qué? Realmente no hay respuesta para eso.
    • Idan: se puede aprender mucho en la fiesta, es una escuela también, se puede aprender mucho nada más que escuchando, no hace falta participar; y si participas tocando y eso se aprende más todavía. Se aprenden cosas que no se aprenden en ningún sitio.
Y no se suelen grabar, ¿no?¿por qué?
    • Idan: sí, a veces se graban. A veces te pide la gente que canta “mira grábamelo y pásamelo después” y se graba a veces.
    • Lucas: se graban muchos discos de fines de fiesta, de fiestas también.
    • Idán: se graban, se hacen vídeos, se graban con el móvil; y no hay problema con eso. Hombre si alguien no quiere que lo grabes, vamos no lo grabes.
    • Lucas: si es un grupo cerrado de amigos y tal y no quieren que haya grabadora, pues es normal y hay que respetarlo que no; pero sí.
    • Idan: pero vamos normalmente nadie te dice nada.


A continuación cito una serie de vídeos extraídos de internet en los que podemos ver ejemplos de fiestas flamencas, sus rituales y la comunicacón no verbal; la disposición en círculo, el número de personas, la presencia del cante, la guitarra, las palmas y el baile (que no siempre se unen todos), rueda de cantes, la presencia de la bulería, el cambio de posición del cantaor, como la fiesta se puede dar en casi cualquier lugar, etc.
Caraoscura y los niños de Jerez barrio Santiago. 

fiesta canelita, nani, lin y pedro 


Fiesta por Bulerias de los niños de Jerez 

Nit flamenca familiar agost.

(2010-11-10) Curso Antropologia del Flamenco 


Bibliografía.
- El flamenco y la música andalusí: argumentos para un encuentro. Cristina Cruces Roldán. Ediciones carena.
- Flamenco y Jerez de las fronteras socioculturales. Mar’a Papavlou
La identidad andaluza en el flamenco. Lola Ros Piqueras y J. Carlos Ríos.
La guitarra y el baile flamenco: un problema de comunicación. (Artículo publicado el jueves, 25 de octubre de 2007 en la revista relafare, revista de divulgación musical) por Rafael Hoces.
- Los caminos del flamenco. Etnografía, cultura y comunicación en andalucía. Antonio mandly robles. Signatura demos.
- Manifestaciones del flamenco en la religiosidad popular. Carmen Castilla Vázquez.
- ritual, rito. Www.Rae.es
- ritual. Www.wikipedia.es
- Rituales sociales y familiares en la terapia familiar. Olivia Arletty Sandoval Shaik.